El primer proyecto de construcción de esta bellísima Iglesia Parroquial se llevó a cabo una vez constituido el primer concejo del pueblo en 1554 (ver historia de Antón Sevillano y fundación de Sevilla la Nueva en este enlace) . Al llegar el momento de ejecutar los trabajos los vecinos pudieron comprobar que no podían hacer frente al pago de las obras.
En 1584 sólo estaban en pie los muros de la iglesia. El retraso en la construcción, unido a lo complicado de conseguir fondos para realizarla llevó a que Don Juan de Cristóbal, cura de Villamantilla, de cuya parroquia Sevilla la Nueva era aneja, decidiera obtener la madera necesaria procedente de la que se trasladaba de las obras del Escorial para así poder terminar la cubierta de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, y así, escribió a Felipe II explicándole la situación y solicitándole la madera sobrante del convento de San Lorenzo del Escorial diciéndole:

“[…] es un pueblo que no lo hay más nuevo en el arzobispado de Toledo y tiene hasta treinta vecinos no más, y tiene comenzada una Iglesia, y de limosnas están hechas las paredes, y es tanta la pobreza de la Iglesia, por ser el pueblo tan pequeño, que no tiene renta para se poder cubrir, y está en ella el Santísimo Sacramento muy indecente, y el convento de San Lorenzo el Real del Escorial lleva deste pueblo cada un año ochenta o noventa fanegas de pan de renta de los diezmos de este pueblo; y atento a esto le suplica a Su Real Magestad, como a tan cristiano Rey y Señor, nos haga merced de mandar a esta Iglesia de la madera que sobre en aquel convento para ayuda a cubrirla […]”
Felipe II aceptó la petición de la misiva y la iglesia pudo ser cubierta.
Un siglo después la iglesia se separó de la de Villamantilla y se nombró un cura propio, siendo el primero don Josef Gutiérrez Badillo.
Se sabe también que la iglesia sufrió un incendio y se quemó su altar y la imagen del patrón.

A mediados del siglo XVIII, el edificio se encontraba en ruinas, así que el licenciado don Antonio de la Azuela, maestro de obras de Toledo, realizó un informe que dejaba patente la necesidad de su reconstrucción, realizándose esta con mampostería y ladrillo.
Durante la guerra civil, la iglesia sufrió importantes daños y se perdieron imágenes y ropajes de su interior. Años después volvió a reconstruirse su estructura y además, se construyó el pórtico que precede a la entrada por los pies de la nave.

La Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol se encuentra recogida en el Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Sevilla la Nueva, del año 2001.
Extraído y adaptado de la web «Una ventana desde Madrid: Sevilla la Nueva de Lourdes Morales Farfán».
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